(Meditación Védica Tibetana)
Traducido del sánscrito original DHY (Introspección) y JYANA (Sabiduría), es decir sabiduría a partir de la introspección o como esencialmente se conoce, meditación. La meditación es considerada en los vedas como el sistema ideal de descubrimiento interior, considerando en sí que el alma alberga sabiduría, bienaventuranza y eternidad, y que gradualmente en la medida en que el ser concientice estas cualificaciones las va manifestando generando, autocontrol, autoconocimiento, autorrealización y autoiluminación.
Se realizan seminarios y prácticas guiadas de meditación quincenales con cuencos de metal y de cuarzo.
La meditación: Un estilo de vida
La meditación más que una técnica (que también lo es), pero va más allá de eso, es un estado de conciencia, es una forma de vida; la meditación tiene que ver con el principio de estar más conscientes, de estas más lúcidos frente a la vida y las cosas que hacemos; conciencia significa tener un criterio inteligente para poder afrontar lo que pasa en este mundo, las lecciones de vida que tenemos que pasar o atravesar en esta encarnación. Si perdemos ese centro, la técnica de la meditación es una herramienta útil para volver a él, para volver a enfocar la mente en el tiempo presente que es el único tiempo real donde sembramos.
El sistema de meditación que se prescribe en los vedas consiste en armonización física a través de una alimentación natural, hábitos adecuados, posturas y técnicas de respiración, luego la armonización mental a través de técnicas de atención y concentración, la armonización intelectual a través de sutras de conocimiento (sabiduría en síntesis) y la armonización espiritual a través de la realización que cada persona vivencia de acuerdo a su propia naturaleza, integrando todos estos factores, el beneficio último es lograr paz y armonía con uno mismo y con el entorno.